¿Cómo ayudo a mi hijo a dejar de fumar?
Como padre o madre de familia, siempre querrás el máximo bienestar para tu hijo, y es claro que si es fumador no disfrutar igual un café, una fiesta, una conversación y no tendrá el mismo rendimiento que antes de fumar. En muchos casos, para ayudarlos los padres fomentan el uso de inyecciones, parches o chicles, sin lograr resultados exitosos, dado que estos métodos no logran sacar de la mente de su hijo la necesidad de fumar, más bien dejan de fumar un par de semanas y recaen, ¿qué se puede hacer? ¿Qué método proporciona la garantía de que mi hijo deje de fumar?
Consejos para una vida de calidad
Según la Organización Mundial de la Salud, una persona comienza a fumar en la adolescencia, a partir de los 13 años, ya sea por diversas razones: curiosidad, retos entre amigos o por imagen; sin embargo es importante estar al pendiente de todas las situaciones que pudieran generar el gusto por el cigarro. Por otro lado, si tu hijo ya es fumador, no te des por vencido, aquí te diremos como puedes ayudarlo, sin importar su edad.
Comunicación ante todo:
Una comunicación asertiva y empática son la base para todas las relaciones; en el caso de padre e hijo, debe llevarse a cabo con el mayor respeto posible, tolerancia y paciencia. Por ello, sermonear a tu hijo por fumar sólo ocasionará que se rehúse y mantenga una actitud obstinada. Lo más recomendable es sentarse, hablar con un tono de voz amigable y fomentar el diálogo abierto.
Para Dejar de Fumar: Educación e información:
Si quieres que tu hijo decida dejar de fumar no dudes en informarle de las ventajas de hacerlo; todo enfocado en el ámbito médico, ambiental y de esperanza de vida. Por ejemplo, puedes explicarle que dejar atrás el cigarro le genera con tan sólo ocho horas de dejarlo, mejor oxigenación pulmonar por no inhalar las partículas tóxicas presentes en la nicotina. También le puedes explicar que después de 48 horas de no fumar se produce una normalización de los sentidos del gusto y del olfato, lo cual le ayudar a disfrutar nuevamente de un café, un pastel o su comida favorita. La reducción de catarros, bronquitis, infartos, así como la esperanza de vida y el medio ambiente, son datos que le brindarán mejor cultura respecto al tabaquismo.
Comprensión:
Por último y no menos importante, la comprensión es la base de la empatía. Antes de juzgar a tu hijo, hay que entender las razones por las que fuma y de esta manera impulsar la decisión definitiva para que deje el cigarro, sin obligarlo. La comprensión te hará aconsejarlo y a facilitarle los medios para que decida por sí mismo dejar de fumar, sin sermones, como una iniciativa para comenzar una nueva vida.
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