¿Cuántos cigarros fumaste ayer y cuantos cigarros fumaste hoy?
Hoy tenemos una pregunta muy interesante. Decidimos hablar sobre esto hoy porque en pocas oportunidades un fumador realmente se da cuenta del nivel de consumo que tiene, y mucho menos cae en la cuenta del crecimiento de este lo que, evidentemente irá aumentando el nivel de daño en los pulmones hasta que comienzan a desarrollarse enfermedades y lógicamente cáncer en cualquiera de las áreas del cuerpo que son más directamente afectadas por no dejar de fumar.
Es importante entender que todo comienza con el primer cigarrillo. Ese momento en que, por curiosidad, por presión de grupo, por una creencia incorrecta o simplemente gracias al famoso ¿por qué no? Entramos en un camino que no lleva más que a sufrir, y no hablamos de los puntos más graves cuando los pulmones están tan dañados que respirar requiere de un esfuerzo o de utilizar sistemas de oxigenación alternativa como tanques de oxígeno y/o respiradores artificiales. No, hablamos de mucho antes, de cuando padecemos la ansiedad y la depresión que vienen de la mano con la presencia de la nicotina en la sangre y que son las que detonan que necesitemos más y más de ella en nuestro organismo.
DEJAR DE FUMAR O SEGUIR NECESITANDO MAS Y MAS NICOTINA
Cuando se fuma, el consumo va creciendo por una razón fundamental: es una adicción en toda regla. Una adicción es la necesidad de consumir una sustancia determinada cada cierto tiempo so pena de sufrir malestares de diversa índole en el cuerpo, de ahí que a la falta de nicotina y la ansiedad que se produce a consecuencia de ella se le conoce como síndrome de abstinencia. Pero esto va mucho más allá pues como un mecanismo de defensa el cuerpo intenta tolerar cada vez la presencia de esta sustancia en el cuerpo y de ahí que la cantidad que este requiera para satisfacer su necesidad de consumo y aplacar, por decirlo así, este síndrome, vaya creciendo.
De ahí nace la pregunta inicial. Porque al principio bastará con ese cigarrillo durante todo ese día, pero al poco tiempo serán dos los cigarrillos necesarios para satisfacer el deseo de tener nicotina en el cuerpo durante un solo día. Y de pronto esa cantidad será mayor hasta llegar al consumo masivo, dígase, cajetillas completas durante el día para estar en “paz”. Una falsa paz evidentemente. Y claro, a la par de todo esto viene el costo económico, emocional, familiar, de trabajo inclusive porque cada vez que se ocupe fumar se interrumpe el trabajo, el compartir con la familia y sin mencionar que va creciendo el daño que se hace al cuerpo mismo.
Aquí es donde queda demostrada la esclavitud de la que siempre hablamos. Porque en el momento en que comenzamos a fumar perdemos precisamente la libertad de estar y de ser, porque pasamos a depender del “siguiente cigarrillo” o peor, del “siguiente paquete” para estar en paz. No, la verdadera libertad se consigue solo cuando tomas la decisión de vida de dejar de fumar y liberas a tu cuerpo del daño que le has venido causando, y la buena noticia es que los pulmones pueden llegar a recuperarse, tal vez no totalmente, pero dependiendo del daño, en un alto porcentaje. Date la oportunidad, el día es hoy y el momento es ahora, rompe la cadena de la nicotina.