Dejar de Fumar

Daños cerebrales por causa del Tabaco

Abundantemente hemos hablado de lo pernicioso que es fumar y de los daños que produce tanto al sistema respiratorio en primer lugar así como al sistema circulatorio a consecuencia de. También hemos hablado abundantemente de que el fumar provoca un desequilibrio químico en el cerebro, provocado por la nicotina, que es lo que lleva a causar la ansiedad del síndrome de abstinencia que hace que queramos fumar un cigarrillo tras otro.

Dejar de Fumar

Pero el tema que nos trae acá el día de hoy es uno del que se habla muy poco y que es una consecuencia de la combinación, en perfecta sinergia, de los problemas causados tanto al sistema circulatorio como al sistema respiratorio, hablamos pues de los daños cerebrales crónicos que van aumentando con el paso del tiempo si es que la persona no decide dejar de fumar y continua su consumo de tabaco.

DEJAR DE FUMAR O DEJAR DE PENSAR CLARAMENTE

Bueno, empecemos por recordar un problema critico que ocurre al fumar, una vez que el humo del cigarro llega a los pulmones, estos, como es su función, absorben lo que llega, sin embargo en vez del necesario oxigeno lo que llega es dióxido de carbono, este, al unirse a los glóbulos rojos en la sangre, bloquea que estos puedan recibir y transportar oxigeno a todas las áreas del cuerpo. Claro está que este transporte de oxigeno es mas que critico y necesario para que tengamos vida. Pero no solo eso, también es necesario para el funcionamiento correcto de piezas tan importantes como nuestro cerebro.

Dejar de Fumar

Y aquí el problema. Si bien todos los órganos del cuerpo requieren oxigeno para su subsistencia también es claro que algunos lo requieren mas que otros y su ausencia puede dar lugar a graves afecciones. El cerebro, como antes dijimos, mas que cualquier otro. Cuando una persona sufre ahogamiento (de la forma que sea) lo primero que los equipos de emergencia buscan es recuperar el flujo de oxigeno pues de no lograrse se produciría una de las muertes que la medicina califica como tales: la muerte cerebral. Al verse el controlador central del cuerpo privado del necesario oxigeno comienza una decadencia y falla masiva en las neuronas que conduce al fin antes mencionado.

Pero qué tiene que ver esto con fumar? Bueno, analicemos el proceso que mencionamos antes. Cuando se fuma, se priva al cuerpo del oxigeno y además de esto se obliga a los glóbulos rojos a transpirar dióxido de carbono en su lugar. Este simple proceso, repetido una y otra vez, día tras día, mes tras mes, año tras año, provoca que, privado de la cantidad de oxigeno correcta, las neuronas en el cerebro vayan pereciendo, esto al principio no será notorio y cualquier efecto será interpretado como algo eventual, como por ejemplo dificultad para recordar algo.

Sin embargo con el paso del tiempo el fumador comenzará a experimentar problemas de concentración, dificultad para recordar y pensar claramente, entre otras afecciones sin contar la gran posibilidad de tener accidentes cerebro-vasculares que también podrían conducirle a una muerte tan repentina como temprana. ¿No es por tanto un buen momento para pensar claramente y tomar la decisión de dejar de fumar de una vez y recuperar una vida sana antes que los daños sean irreversibles?