Recompensas a largo plazo al Dejar de Fumar
En nuestro artículo anterior hablamos del factor económico que representa el fumar y del descomunal gasto que este vicio trae a las personas que lo sufren y que no caen en cuenta de ello sino hasta cuando toman la decisión de dejar de fumar de una vez por todas. Pero ese es solo un factor a tomar cuenta, hay otros que también recaen sobre quién tiene un vicio como el del tabaco.
Y aquí hablamos de factores eminentemente emocionales y que son igualmente críticos de entender. Cuando una persona fuma pasan muchas cosas a su alrededor de las cuales no es consciente y la primera de ellas es cómo afecta a quienes le rodean, desde el olor a tabaco en la ropa hasta el humo de segunda mano, todas son graves consecuencias que hacen que las personas prescindan de la compañía de una persona totalmente o trate de mantenerse al margen de ella lo más posible.
Por eso que una vez que una persona toma la decisión de dejar la nicotina comenzará ver los cambios que comenzarán a suceder a su alrededor sino también de los beneficios que estos aportarán a su vida haciéndole sentir mejor y más feliz.
DEJAR DE FUMAR TRAE GRANDES RESULTADOS EN EL MEDIANO Y LARGO PLAZO
Una de las cosas que solo comienzan a ser notorias cuando se toma la decisión de dejar de fumar viene cuando el tiempo avanza y ya no se tiene este horrible vicio. No vamos a entrar a hablar de la parte correspondiente a los cambios en la salud que vienen al dejar de tener la nicotina en el cuerpo haciendo el daño que hace.
Pero comencemos por hablar de lo que sucede alrededor, de las recompensas que comenzaremos a ver en nuestro entorno cuando se deja el cigarro. Para comenzar notaremos cómo las personas comienzan a hacernos partícipes de actividades y eventos donde desean nuestra presencia pues al ya no fumar no hay nada que limite que puedan querer nuestra presencia
Notaremos cómo las personas más cercanas a nosotros también dejan de alejarse y se acercan más y desean nuestra compañía. También será notable como el dinero nos es más abundante pues ya no gastamos las enormes cantidades que invertíamos antes en tabaco.
Y quizá lo más importante, notaremos como poco a poco somos capaces de llevar a cabo actividades que antes nos eran muy difíciles por la falta de aire y por la lógica dificultad de nuestros pulmones y corazón para, los primeros, hacerse del necesario oxígeno para la vida, y el segundo, para poder distribuirlo en todo nuestro cuerpo como es debido.
También será notable como dejamos de sentir la ansiedad que antes nos causaba la nicotina (anteriormente hemos hablado de cómo el desbalance químico que causa la nicotina en el cerebro es muy grave) y vamos teniendo mucha más paz en nuestras actividades del día a día, además de que esta misma ausencia o retorno a una vida sana nos permite disfrutar muchas otras actividades que antes no podíamos disfrutar no solo por el hecho mismo de necesitar tabaco en nuestra vida sino simplemente porque los daños que causaba en el cuerpo lo impedían.