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Cigarro y café, una mala combinación

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A casi todos nos gusta el café. Ese líquido caliente, de aroma embriagante, suele ser nuestra salvación cuando buscamos despertar por completo o cuando tenemos frío o simplemente disfrutamos de su sabor. Cuando fumas, lo que parece algo tan común en la vida diaria de los demás puede llegar a convertirse en una carga algo pesada. No me refiero a los comentarios que probablemente recibes acerca de combinar el café con los cigarros, sino a la mezcla de sustancias como la cafeína y la nicotina y sus efectos.

Si estás en el proceso de dejar de fumar o lo estás considerando, tengo que decirte que no consumir cigarros y café a la vez te ayudará a recuperar tu vida saludable y a dejar la dependencia porque, como seguramente sabes, el café también crea adicción. La verdad es que la creencia de que cigarros y café te harán más llevadero el día o te permitirán adelgazar es falsa; lo único que harán será dañar tu organismo.

Nicotina y cafeína, una combinación peligrosa

El café tiene varios beneficios para nuestra salud. Previene enfermedades como la diabetes tipo 2, el Alzheimer, favorece la digestión, entre otras cosas. El problema aparece cuando se consume de manera moderada a alta, pues hay quienes beben hasta cinco tazas de café al día. Esto ocasiona dolores de cabeza prolongados, aumenta los niveles de colesterol y es tan irritante que provoca úlceras. Por si fuera poco, un estudio de la Universidad de Durham, en Reino Unido, ha demostrado que las personas que consumen más de 315 miligramos de cafeína al día tienen tres veces más probabilidades de sufrir alucinaciones que quienes beben café en menor cantidad.

Ahora imagina esos efectos potenciados por la combinación con la nicotina. En primer lugar, tu sentido del gusto es el más afectado al perder la capacidad para diferenciar los cuatro sabores básicos: dulce, salado, ácido y amargo. En segundo lugar, tu corazón comienza a trabajar más rápido, pues ambas sustancias son estimulantes, y este órgano vital poco a poco va perdiendo su fuerza; existe un aumento en la presión sistólica y disminuye el tiempo que tarda el corazón en bombear la sangre. Beber café al tiempo que fumas afecta tu hígado de tal manera que va cubriéndose de grasa y puede derivar en una cirrosis.

¿Qué obtengo al dejar este hábito?

Tus niveles de azúcar descenderán y con ellos, el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular. Podrás decirle adiós al sobrepeso y a la acidez que provoca la cafeína. Imagina lo maravilloso que te sentirás al deshacerte del insomnio que tanto tiempo te ocasionó problemas relacionados con la falta de sueño y que despertaras más cansado que cuando te habías ido a dormir. Asimismo, tu hígado y riñones te agradecerán que tus niveles de calcio, potasio y magnesio se encuentren estables y no deban trabajar forzadamente.

Piensa por un momento en cómo te sentirías si pudieras volver a beber una taza de café sin sentir la necesidad de encender un cigarro para acompañarlo. De verdad, no lo necesitas y vas a recuperar muchas cosas que creías perdidas al dejar de fumar.