Dejar de Fumar

Descubre el secreto para dejar de fumar sin sufrir

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Pasé mucho tiempo de mi vida intentando dejar de fumar, pasando semanas enteras de oscura depresión. Cuando finalmente lo logré, pasé de cien cigarros diarios a cero, sin sufrir nada. Lo disfruté incluso durante el periodo de abstinencia de la nicotina, y nunca he vuelto a tener ganas de fumar. Al contrario, es, sin duda alguna, lo más maravilloso que me ha pasado en la vida.

No podía entender por qué había sido tan fácil y tardé mucho tiempo en encontrar la razón. Era ésta: sabía con toda certeza, que nunca más iba a volver a fumar. En mis intentos anteriores, sin importar cuán determinado estuviera, estaba básicamente ‘tratando’ de dejar de fumar, con la esperanza de que, si podía sobrevivir lo suficiente sin un cigarro, eventualmente el deseo desaparecería. Por supuesto, el deseo no desaparecía porque yo estaba esperando a que desapareciera. Y mientras más me lamentaba, más deseaba un cigarro, así que la ansiedad nunca se me pasaba.

Sí, es fácil

Me llevó mucho tiempo entender por qué había sido tan fácil y por qué no había sufrido la terrible ansiedad provocada por la nicotina. La razón es que esta terrible ansiedad física no existe. Son las dudas y la incertidumbre las que causan el sufrimiento. La maravillosa realidad es que ES FÁCIL DEJAR DE FUMAR. Son sólo la indecisión y el estarse lamentando, lo que lo hace difícil. Incluso mientras los fumadores son adictos a la nicotina, pueden pasar por periodos relativamente largos sin fumar, sin tener ninguna molestia. Es sólo cuando quieres un cigarro y no te lo puedes fumar, cuando realmente sufres.

Por lo tanto, la clave para hacerlo más fácil es tomar una decisión definitiva y para siempre. No ‘esperar’ a ver si logras dejarlo, sino ‘saber’ que ya lo lograste, al haber tomado la decisión. No dudes nunca de tu decisión, ni la cuestiones, sino al contrario: alégrate siempre de haberla tomado.

Sigue estos puntos

Si tu decisión es definitiva, será fácil desde el principio. Hay ciertos puntos esenciales y es necesario tenerlos claros antes de dejarlo:

1.    Darte cuenta de que tú también puedes lograrlo. No hay nada diferente en ti, y la única persona que puede hacerte fumar otro cigarro eres tú mismo.

 

2.    No hay absolutamente nada a qué renunciar. Al contrario, vas a obtener beneficios maravillosos. No sólo quiero decir que tendrás mejor salud, sino que disfrutarás más de los buenos momentos y sufrirás menos en los malos.

 

3.    Ten claro en tu mente que no existe tal cosa como ‘un solo cigarro’. Fumar es una drogadicción y una reacción en cadena. Si anhelas un cigarro de vez en cuando, sólo te estarás castigando por nada.

 

4.    Mira todo el asunto de fumar no como un hábito social que podría dañarte, sino como una adicción. Enfrenta el hecho de que, te guste o no, PADECES ESTA ENFERMEDAD. Y no desaparecerá sólo porque tú escondas la cabeza bajo la tierra. Recuerda: como todas las enfermedades progresivas, no sólo durará para siempre, sino que empeorará más y más. El mejor momento para deshacerte de ella es ‘ahora’.

 

5.    Separa la enfermedad, es decir, la adicción química, de la actitud mental de ser un fumador o un no-fumador. Si los fumadores tuvieran la oportunidad de volver atrás, al momento antes de que se engancharan, todos la aprovecharían. ¡Tú tienes esa oportunidad hoy! No pienses en términos de ‘renunciar’ a fumar, no estás renunciando a nada. Una vez que has tomado la decisión definitiva, y que has fumado tu último cigarro, ya serás un no-fumador.

Un fumador es una persona que tiene que ir por la vida destruyéndose a sí mismo fumando. Un no-fumador es una persona que no lo hace. Una vez que hayas tomado esa decisión final, habrás alcanzado tu objetivo. Alégrate. No te sientes a lamentarte esperando a que la adicción química desaparezca. Sal y disfruta la vida inmediatamente.

La vida es maravillosa y será cada día mejor cuando decidas dejar de fumar.