Falsos incentivos que hacen más difícil dejar de fumar
Muchos fumadores, que tratan de dejar de fumar con el Método de la Fuerza de Voluntad, intentan aumentar su motivación utilizando falsos incentivos.
Hay muchos ejemplos de esto. Uno típico es: ‘Con el dinero que me ahorraré, podremos tener unas maravillosas vacaciones familiares.’ Ésta parece ser una idea lógica y sensata, pero de hecho es falsa; porque la mayoría de los fumadores saben que preferirían mil veces fumar durante las 52 semanas del año y no irse de vacaciones. Y siempre habrá una duda en la mente del fumador, porque no sólo tendrá que estar todo el año sin fumar, sino que además no sabe si podrá disfrutar de esas vacaciones sin sus cigarros.
¿Qué me da el cigarro?
Todo lo que esto hace es aumentar el sentimiento de sacrificio, lo cual hace que el cigarro tenga más valor todavía en la mente del fumador. Hay que verlo desde otro enfoque: ‘¿Qué me da el cigarro? ¿Por qué necesito fumar?’ Otro ejemplo es: ‘Me podré comprar un mejor coche.’ Puede que sea cierto, y el incentivo puede ayudarte a dejar de fumar hasta que te compres el coche, pero una vez que el coche haya dejado de ser una novedad te sentirás privado, y tarde o temprano volverás a caer en la trampa.
Otro ejemplo típico son los pactos entre familiares o entre compañeros de trabajo. La ventaja de estos pactos es que, efectivamente eliminan la tentación durante parte del día. Sin embargo, generalmente fracasan por el principio de la ‘manzana podrida’. Con el Método de la Fuerza de Voluntad es inevitable que tarde o temprano uno de los miembros del pacto se rinda. Entonces los otros participantes tendrán la excusa que habían estado esperando. No es culpa suya, ellos hubieran aguantado, es sólo que Pedro los defraudó. La verdad es que muchos de ellos ya estaban haciendo trampa.
¿Y el pacto conmigo mismo?
Otro ejemplo clásico de falsos incentivos es el soborno. El padre que ofrece al adolescente una cantidad de dinero si deja de fumar; o las apuestas: ‘Si no lo consigo, te pago $500 pesos’. Una vez vi un ejemplo en un programa de televisión. Un policía tratando de dejar de fumar pone un billete de $500 pesos en su cajetilla. Él tiene un pacto consigo mismo. Podía fumar, pero antes tenía que quemar el billete. Esto lo detuvo por unos cuantos días, pero eventualmente lo quemó.
Deja de engañarte
Si los $500,000 pesos que un fumador promedio gasta en su vida en cigarros; una posibilidad en tres de contraer una enfermedad horrenda; el mal aliento, la tortura física y mental, la esclavitud; el desprecio de la mitad de la población y el desprecio a sí mismo, no hacen que los fumadores dejen de fumar, unos cuantos falsos incentivos no harán la más mínima diferencia. Sólo harán que el sacrificio parezca mayor. Mira siempre el otro lado de la moneda.
¿Qué beneficio me proporciona? NINGUNO.
¿Por qué tengo que seguir fumando? ¡NO TIENES QUE SEGUIR! SÓLO TE ESTÁS CASTIGANDO A TI MISMO.