La Mujer y El Tabaco
Hablar de la mujer y el tabaco es hablar de un tema por demás interesante y es que hay que comenzar por entender que el genero femenino no comenzó su consumo de tabaco al mismo tiempo que el masculino. En realidad el fumar, en las mujeres, vino como parte de su deseo de igualdad y liberación, donde aquello que era algo exclusivo del hombre y que además era un símbolo innato de hombría y masculinidad ahora también era del dominio de las mujeres.
Por supuesto que la industria del tabaco ha tenido su parte en todo esto, una vez que la mujer se «libera» y entra en el mundo laboral y tiene la posibilidad de generarse sus propios ingresos y por tal tener total libertad de decisión de como disponer de aquellos, se lanzaron como tiburones a la búsqueda de aquellas para engancharlas en el consumo de sus productos.
DEJAR DE FUMAR ES MÁS CRITICO EN LA MUJER QUE EN EL HOMBRE
Quizá lo más notable fue cuando las tabacaleras centraron sus promociones y productos haciéndolos específicamente para las mujeres incluso creando marcas 100% femeninas y con un costo mas bajo que lo que costaban los cigarrillos para hombres en aquel momento. Esto indudablemente provocó que muchas mujeres se lanzaran al consumo de tabaco dándose cuenta luego de que dejar de fumar era algo bastante complicado y difícil especialmente si deseaban ser madres.
Evidentemente hoy día aquello quedó comprobado como una falsedad y las mujeres se encontraron con que solamente tenían un retraso respecto al momento en que, inevitablemente, los daños provocados por no dejar de fumar, se presentaban. Esto muchas veces provocó que mujeres aun estando embarazadas decidieran consumir tabaco y encontrase con que sus bebés nacían con graves daños colaterales.
Es critico hacer notar que nadie es inmune a los daños tanto inmediatos como crónicos que produce el consumo de tabaco y que, si ya cometimos el error de caer en las garras de este terrible vicio, tomemos pronto la decisión y nos apoyemos en un método comprobado para poder dejar la nicotina cuanto antes. Y en el caso de las mujeres mucho más si en los planes de vida se encuentra el ser madres. Porque el daño que podemos hacer a un niño comienza desde antes de nacer y puede continuar mucho después.