Dejar de fumar

LOS NIÑOS FUMADORES

Publicado en | por

El hecho de fumar en sí mismo es algo que raya en entre lo desagradable y lo destructivo, y no solo para quien tiene esta horrible práctica sino también para quienes le rodean. En ocasiones anteriores hemos hablado del daño que produce el humo de segunda mano, de las limitaciones económicas que sufren las familias donde uno o los dos padres fuman, o de las consecuencias psicológicas debido a los constantes ataques de ansiedad que sufren quienes fuman y pasan por periodos de ausencia de nicotina en el cuerpo.

Dejar de fumar

Sin embargo y a pesar de todo esto, no hay nada peor que ver a un niño, sí un niño, un preadolescente, fumando. Y es que si el daño para un adulto es mayúsculo, para un niño lo es muchísimo más, de hecho el daño en el mediano plazo es descomunal. Según datos de la facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se ha logrado determinar que en México, el promedio de edad en el que se comienza a fumar raya entre los 12 y 13 años. Justo en la preadolescence y peor aún, justo en el punto de crecimiento donde órganos críticos como los pulmones están aun en desarrollo y donde padecimientos como la hipertensión, al aparecer de forma tan temprana, pueden desencadenar otra serie de males en el mediano y largo plazo.

LOS NIÑOS DEBEN DEJAR DE FUMAR YA

Porqué es critico que los niños o preadolescentes inicien el proceso de dejar de fumar? Primero porque los daños que se están causando son, literalmente, catastróficos. Según la Organización Mundial de la Salud el promedio diario de niños que caen adictos a la nicotina es de más de cien mil. Un número a todas luces dramático considerando los daños que se hacen al cuerpo.

Comenzemos por hablar del sistema que de forma primaria recibe todo el daño del cigarrillo: el respiratorio. A los doce años los pulmones aún están en crecimiento y están en franco desarrollo. Desarrollo que se ve coartado por los efectos de la nicotina, el alquitrán, la ceniza y todos los demás elementos lo que causará que en el mediano plazo el niño ya no pueda realizar actividades intensas pues mientras el resto de su cuerpo sigue su desarrollo normal, los pulmones no, y esto resulta en pulmones más pequeños y por ende que no estén en capacidad de proveer el oxigeno necesario que un cuerpo mas grande exija.

Dejar de fumar

Paralelo a esto el sistema circulatorio también sufre daños pues ciertos componentes de la nicotina bloquean un gen que ayuda a que las arterias tengan la elasticidad y fuerza que deben tener lo que hace que estas sean débiles y delgadas y esto, en el mediano y largo plazo, es un gigantesco factor de riesgo para accidentes cardiovasculares de toda indole. Y si a esto agregamos el hecho de que fumar crea hipertensión, los daños a una gran variedad de órganos del cuerpo es, en una sola palabra, descomunal.

Cada cigarrillo que un niño fuma pensando que se ve genial, que esta en “onda” son años de vida que se está restando. Son daños que, si no se logra a tiempo el objetivo de dejar de fumar, serán totalmente irreversibles. Es critico que tanto padres de familia y maestros ilustren a los pequeños sobre todos estos daños y sobre las mentiras que las grandes tabacaleras ocupan en sus campañas de marketing para vender este producto que solo sirve para llevarles a la tumba en la mejor etapa de sus vidas.