El mito de los terribles síntomas de la abstinencia de la nicotina
Cualquier fumador que haya hecho algún intento por dejar de fumar sabe de primera mano que en el preciso instante en el que tomas la decisión de dejarlo empiezas a sufrir. Empiezas con todas las ganas y el deseo de dejarlo pero inmediatamente te invade un sentimiento de privación, de pérdida, de que sencillamente la vida ya no va a ser igual sin tus cigarros.
Tenemos muchos argumentos lógicos para no volver a fumar, sabemos que es malo, que puede provocar enfermedades terribles, que nos está costando una fortuna… Sin embargo el deseo de fumar, el antojo sigue ahí. Esto nos obliga a hacer uso de nuestra fuerza de voluntad para no prenderlo. Empezamos a luchar con nosotros mismos. Quiero un cigarro pero no puedo, lo necesito pero me tengo que aguantar…
Esta lucha se convierte rápidamente en una obsesión y ya no podemos dejar de pensar en el cigarro.
Empezamos a sentirnos de mal humor, irritables, no nos podemos concentrar, ya no disfrutamos los eventos sociales.
Y todo esto lo conocemos como los terribles síntomas de la abstinencia de la nicotina. Como si el mal humor, la falta de concentración, la depresión fueran provocados por la nicotina.
¿Pero es cierto que la nicotina causa estos síntomas?
Vamos a analizarlo por un momento. Si los síntomas de la abstinencia de la nicotina son tan fuertes, como es posible que la mayoría de los fumadores pasen 7 u 8 horas dormidos durante la noche y estos síntomas ni siquiera los despierten. Si los síntomas fueran tan fuertes todos los fumadores se despertarían cuatro o cinco veces durante la noche por su dosis de nicotina.
La mayoría de los fumadores hoy en día se levantan de la cama antes de pender el primer cigarro, muchos salen del cuarto antes de prenderlo, algunos esperan hasta que salen de sus casas o hasta que llegan a sus trabajos para prender el primer cigarro del día. Llevan más de 10 horas sin fumar y no se están dando de topes contra la pared, ni están desesperados.
Pero si cuando iban a prender el primer cigarro del día, se los quitas de la boca y sales corriendo con su cajetilla… ¿Te imaginas? Te podrían romper un brazo con tal de recuperar sus cigarros.
Llevaban 8 o 10 horas sin fumar y no pasaba nada, pero en el momento en el que deciden prenderlo y no pueden, empieza una ansiedad terrible, entonces sí se ponen de mal humor, desesperados.
¿Pero, y dónde estaban esos terribles síntomas unos momentos antes de que el fumador decidiera prender es primer cigarro?
El 95% de estos síntomas están aquí arriba, en la mente, no son físicos, no hay dolores, ni calambres, ni calentura, lo que hay es mal humor, ansiedad, angustia, desesperación.
El 95% del problema de fumar y de dejar de fumar no es un problema físico, es un problema mental.
Hasta los fumadores empedernidos pueden pasar periodos largos sin fumar y no les pasa nada. Cuando van a visitar a alguien al hospital, en el cine, o cuando viajan en avión o en autobús.
Quiero que cuando termines de leer este artículo empieces a pensar acerca de los síntomas de la abstinencia de la nicotina. Pon a prueba tu cuerpo en diferentes situaciones, analízalo. Mañana en la mañana cuando te despiertes tómate un par de minutos para reflexionar y preguntarte dónde están esos terribles síntomas, llevas más de siete u ocho horas sin fumar y estás tranquilo, no hay dolores, no hay ansiedad, ni desesperación.
Cuando estés en el cine o cuando lleves un rato en el trabajo sin fumar, pregúntate: ¿Dónde están esos terribles síntomas?