¿Se puede recuperar un niño fumador?
Sin duda alguna no hay nada peor que tener un miembro de la familia que fume, especialmente cuando sabemos lo dañino y peligroso que es este vicio, y lo importante que es lograr que esta persona pueda salir de él y ser libre. Pero si algo hay que es mucho peor, es que el que fume sea un niño, y no solo por el hecho de precisamente eso, ser un niño, sino por los daños a mediano y largo plazo que puede producir el vicio en un cuerpo que está todavía desarrollándose.
Primero comencemos por lo importante y básico, el desarrollo de los pulmones para llegar a su máximo nivel termina alrededor de los 18 años, pasando por una etapa previa que va de los 2 a los 8 años, sin embargo al fumar a temprana edad este proceso se ve trastornado y el desarrollo de este importante sistema se ve entorpecido por los químicos contenidos en el cigarrillo, los cuales, de no dejar de fumar, pueden incluso detener este proceso y hacer que al llegar a la edad adulta se sufra de problemas más graves.
DEJAR DE FUMAR Y LA RECUPERACIÓN DEL SISTEMA RESPIRATORIO
Sin embargo en todo esto hay una buena noticia, y es que los pulmones tienen la posibilidad de recuperarse, hasta cierto nivel, del año producido por el cigarro. Según estudios recientes, las células pulmonares pueden recuperar el tejido dañado por el proceso canceroso provocado por la nicotina y otros elementos presentes en el humo y hollín del cigarrillo. Este hallazgo es una luz de esperanza para quienes han comenzado a fumar a temprana edad y quieren dejar el vicio y recuperarse.
Pero retomando la pregunta que da inicio a este artículo debemos iniciar por apuntar la responsabilidad de iniciar el proceso para dejar de fumar a los padres de familia, quienes deben tomar el camino del consejo y la educación haciendo ver al joven fumador las graves repercusiones que tiene el consumir tabaco (o en su defecto vaping) tanto desde el punto de vista físico como psicológico, porque si algo es claro es que los daños que produce este vicio van en dos vertientes simultáneas: la física y la mental o psicológica.
La segunda quizá sea la más importante pues los procesos psicológicos que se producen a consecuencia del consumo de nicotina son muy severos y si no se controlan pueden causar daños a mediano y largo plazo. Como por ejemplo ansiedad, miedos, entre otros. El primer paso que los padres deben dar es lograr llegar al porqué el menor comenzó a consumir nicotina, que lo llevó a ello y una vez entendido esto ayudarle a entender que es mejor dejarlo para evitar daño posterior.
Esto es muy importante porque la mayoría de niños y jóvenes caen en el vicio de la nicotina por presiones de grupo, por curiosidad, y no por realmente querer hacerse fumadores, es por tanto crítico lograr que entiendan los niveles de daño que se causan al tener este vicio para lograr que lo dejen. Incluso es muy útil que conozcan esto de boca de un especialista para que este aporte nuevos datos.
En conclusión, ¿es posible recuperar a un menor que fuma? Si, la respuesta es si, y entre más cerca sea del momento en que comenzó a fumar, menor será el daño.