La otra potencial Pandemia del Siglo XXI: El Vaping
Para entrar en contexto, el país fue Estados Unidos, en un periodo de cuatro a seis meses se desató lo que parecía una previa de la actual pandemia del COVID-19, pero aquello no tenía relación con el virus asiático ni era en tal medida, pero si tenía algo en común, todas aquellas personas se presentaron a los servicios médicos mostrando graves afecciones respiratorias de origen, hasta ese momento, desconocido. En algunos casos la gravedad de la afección llevo a la muerte del paciente. Sin embargo la sorpresa llegó cuando los expertos en cuidados médicos notaron un factor común entre todos ellos: hacían vaping.
DEJAR EL VAPING O MORIR
La investigación también demostró que el vaping producía otros problemas a nivel respiratorio y circulatorio derivados de la ingestión de metales pesados producto del proceso de atomización que tiene lugar en el aparato para poder crear el vapor que el usuario inhala. Estos metales además de dañar las vías aéreas demostraron ser también gravemente nocivos para el cerebro y otros órganos al privarlos de oxígeno y causando un envejecimiento prematuro.
Aquello dio lugar a una alarma generalizada que no solo llevó a la creación de una gran variedad de campañas para hacer notar estos peligros y al mismo tiempo convencer a los usuarios de que era imperativo dejar el vaping para evitar todos estos problemas tanto presentes como futuros pues quedaba claro que estos aparatos eran todo menos algo “sano” como se quería hacer creer. La situación llego a tal punto que el presidente Trump estuvo cerca de emitir un decreto por el cual se prohibía la venta y uso de aquellos aparatos.
Es por eso que hoy día la lucha para evitar que se usen estos aparatos y que otros jóvenes caigan en sus tentáculos tiene por meta precisamente evitar que las muertes y las enfermedades cardio-respiratorias derivadas de su uso, se salgan de control y se conviertan en lo que hoy conocemos como Pandemia.