¿PUEDE ESTALLAR UN VAPER?
La pregunta con la que empezamos nuestro artículo de hoy parecerá muy fuera de contexto o bastante inusual. Sin embargo, es una realidad y un peligro al que se enfrentan aquellos que utilizan estos aparatos para fumar. Porque si, es claro, hacer vaping es fumar. No hay discusión ni forma de contradecir esto. La diferencia entre uno y otro es que el primero, el “convencional” requiere de una combustión para poder consumir la nicotina en él contenida. La segunda, la que nos trae aquí el día de hoy, requiere de un aparato que convierte líquido en vapor que posteriormente es inhalado.
Pero este proceso no es natural como en el primer caso, no, ya dijimos que interviene un aparato que debe generar el calor suficiente para provocar la vaporización. Para lograr este menester se ocupa calor, calor generado por corriente eléctrica que proviene de las baterías que este ocupa para funcionar. Y ahí está el punto. Las baterías. Estás están compuestas por dos químicos, Litio e Ion. Estos químicos se utilizan en una gran variedad de baterías y además de ser en extremo nocivos para el ambiente también se ha sabido de su peligrosidad en términos de poder llegar a tener combustión con las consecuencias que esto conlleva.
DEJAR EL VAPING O… ¿MORIR?
Bueno, se nos podría tachar de exagerados por lo anteriormente dicho, pero la verdad es esa. No son cientos, son miles de casos en la unión americana solamente de fumadores que terminan en las salas de urgencia porque el vaper les explotó en el bolsillo, la mano, o peor aún, la boca. No se requiere de investigar mucho para encontrar notas de prensa al respecto y darnos cuenta de la gravedad de las lesiones que aquellos que no quisieron dejar el vaping a tiempo, han sufrido al recibir de lleno la explosión o el encendido en llamas del aparato sobre sus cuerpos.
La razón de que esto ocurra puede originarse en una variedad de factores, desde la calidad en la fabricación de estas piezas, el uso excesivo de parte del usuario, mala calidad del cargador que se utiliza, mala calidad de los químicos, derrame de los mismos por un mal manejo del aparato, un aparato con mucho uso, en fin, las razones son variadas pero el resultado el mismo. En cualquier momento el aparato puede explotar o estallar en llamas.
Las lesiones registradas en las salas de urgencias no son menores, se habla de perdida de piezas dentales, daños graves a los tejidos, quemaduras graves en las áreas afectadas, y claro, aunque todo esto se puede tratar, tendrá un tiempo largo, muy largo de recuperación, y dependiendo del daño, quizá parte de este sea totalmente irreversible. No olvidemos que en las mejillas corre uno de los nervios más críticos en lo referente al funcionamiento facial y cualquier daño que ocurra a este es totalmente irreversible, y todo por no dejar el vaping a tiempo.
Es necesario que quienes hacen vaping entiendan que nada bueno puede venir del uso de estos aparatos y que entre más rápido los dejen, más seguros estarán, más seguros de tener una vida libre de una adicción en toda regla y másseguros de no ser los siguientes en terminar en una sala de urgencias con graves lesiones en el rostro o las manos que es donde principalmente estas ocurren.
Dejar de vapear es posible. Solo se requiere del primer paso: tomar una decisión de vida. Y el momento para hacerlo es hoy. No esperes mas. Date la oportunidad.