Conviértete en un ejemplo para tus hijos dejando de fumar
¿Recuerdas cuando eras niño? Tus papás siempre procuraban cubrir tus necesidades básicas y trabajaban para darte lo mejor: educación, servicios de salud, momentos de diversión, etc. Al crecer, te diste cuenta de que todo lo que aprendiste de tus progenitores te había puesto en el sitio que ocupas en este momento y te había preparado para vivir como un adulto responsable. Tu familia fue tu primera escuela.
Ahora bien, si tienes hijos, seguramente querrás lo mejor para ellos; por eso sales a trabajar todos los días, procuras cubrir sus necesidades y también te preocupas porque tengan un fuerte código ético, ¿cierto?
Los mayores dicen que “la palabra enseña pero el ejemplo arrastra”. Con la tecnología tan avanzada y la facilidad para estar enterado de lo que sucede en tiempo real, es muy difícil ya que los jóvenes y adolescentes se impresionen con algo o que obedezcan las órdenes sólo porque sí. A ellos hay que darles explicaciones, contarles nuestras experiencias y hacerles ver que hay cosas que nunca cambian por más que pase el tiempo; por ejemplo, el cigarro.
Convierte a tus hijos en mejores personas
Todo padre aspira a que sus hijos sean mejor que él en todos los sentidos. Cuando fumas, esperas que nunca entren en el mundo del tabaco y la nicotina, pues tú mejor que nadie sabe lo que es encontrarse en esa situación. Sabes que si pudieras regresar el tiempo hasta tu primera experiencia con el cigarro, definitivamente no lo tomarías y te negarías a probarlo siquiera. Habla con tus hijos respecto a tu sentir, explícales que nunca es tarde para abandonar aquello que los daña y que tú serás capaz de dejar de fumar sin pasar por depresión o un fuerte periodo de abstinencia. Recuerda que como padre es tu deber quitarle los miedos y convencerlo de que logrará todo lo que se proponga.
Si tu hijo ya fuma, ayúdale a ver que hay toda una vida por delante y que lo mejor es vivirla saludablemente. De nada te valdrán los regaños y castigos si ve que tú haces lo mismo. Lo mejor que puedes hacer es buscar ayuda primero para ti y después acompañarlo en su recorrido para dejar de fumar. Un excelente método para dejar de fumar es aquel que no te causa ansiedad y que te da la oportunidad de abandonar el cigarro a tu ritmo y sin causarte ansiedad ni estragos emocionales y físicos, de manera que tu hijo comprenda que “querer es poder”.
Sería un error dormirte en tus laureles. Si tus hijos consideran que el cigarro es detestable y te encuentras seguro de que eso los detendrá para comenzar a consumirlo, es tiempo de que recuerdes que a ti también te lo parecía hasta que te enganchaste. Tu hijo sabe que el cigarro mata pero que uno no le causará nada, por lo que es muy probable que alguna influencia como sus amigos, su pareja e incluso tú mismo pueda llevarlo a años de consumo. Sería muy inocente de tu parte pensar que al saberles tan mal el cigarro, se convencerán de no fumar y de abandonar la nicotina. Charla con ellos, convéncete de que no necesitas del cigarro para alcanzar la felicidad y deja de fumar ahora. Es más sencillo de lo que crees.