¿Cómo evitar que tus hijos empiecen a fumar?
Además de haber sido fumador, en los últimos 15 años he tenido la fortuna de haber podido ayudar a miles y miles de fumadores a dejar de fumar. He pasado más de 20,000 horas de mi vida platicando con ellos y hasta el día de hoy no he encontrado a un solo fumador al que le gustaría que sus hijos fueran fumadores.
Esto significa que en realidad a nadie le gusta ser fumador, nadie animaría a sus hijos a que empezaran a fumar.
Entonces, ¿cómo podemos evitar que nuestros hijos caigan en la misma trampa en la que caímos nosotros?
La respuesta no es sencilla pero afortunadamente hay acciones concretas que podemos tomar para ayudarlos.
Tengo dos hijos adolescentes y me he dado cuenta de que la trampa de la nicotina sigue funcionando igual a como funcionaba cuando yo era adolescente. Desde que tengo memoria siempre me dijeron que el cigarro era malo, que no debía fumar, pero al mismo tiempo todos los adultos que conocía eran fumadores, con algunas raras excepciones.
Por supuesto era un mensaje totalmente contradictorio, «no lo hagas, es malo, hace daño…», pero al mismo tiempo todo mundo lo hacía. Yo quería saber que era eso tan maravilloso que era exclusivo para la gente adulta y que era prohibido para mí.
Ahora la situación es todavía peor porque no sólo los adultos le decimos a los niños que fumar es malo, sino que lo dicen las mismas cajetillas y las campañas antitabaco. Esto podría crear la falsa sensación de que les están mandando el mensaje correcto y que va a ayudar a que los niños no empiecen a fumar.
¡Pero estos anuncios en las cajetillas y las campañas en contra del cigarro hacen exactamente lo contrario!
Lejos de ayudar, convencen a los niños de que los cigarros deben ser maravillosos. De qué otra forma alguien haría algo así a pesar de saber que es malo.
En las cajetillas dice que te puede matar, y aún así la gente lo sigue haciendo. Algo debe de tener, la recompensa debe ser maravillosa.
¿Vale la pena poner en riesgo la vida con tal de fumarse una de estas cosas? YO QUIERO SABER DE QUÉ ME ESTOY PERDIENDO.
¿Te fijas cómo funciona al revés de cómo debería de funcionar? Mientras más atacan al cigarro, más atractivo se vuelve.
Si realmente queremos evitar que las futuras generaciones empiecen a fumar tenemos que dejar de decirle a los niños que fumar es malo y empezar a cambiar la percepción que tienen acerca del cigarro.
Lo que tenemos que hacer es explicarles que los fumadores no fuman porque quieren o porque lo disfrutan, sino porque son adictos y lo necesitan. Hay que eliminar por completo la idea de que los fumadores escogieron ser fumadores y enseñarles a ver el fumar como lo que realmente es: una drogadicción.
Enseñarles que aunque los primeros cigarros saben horrible, el sabor no tiene nada que ver, que se trata de la nicotina y que una de las sutilezas de la trampa es que como los primeros cigarros saben tan mal, esto nos convence de que no nos vamos a enganchar.
Hay que explicarles que es un gran negocio y que las compañías tabacaleras gastan millones de dólares cada año para vendernos la idea de que fumar es algo “cool” y que nos da beneficios maravillosos. Que le pagan a los actores para fumar en la películas. ¡Que esto no es más que un gran engaño!
Aprovecha cada oportunidad que tengas, y cuando veas a un fumador, explícale a tus hijos que ese fumador está fumando porque lo necesita, porque si no se fuma ese cigarro se siente ansioso y nervioso.
Igual que lo explicamos en los cursos de Allen Carr, explícale a tus hijos que cuando una persona prende el primer cigarro de su vida, es como si se instalara un pequeño monstruo dentro de su cuerpo, «El Monstruito de la Nicotina», y que una vez que está allá adentro hay que alimentarlo cada media hora porque si no lo alimentas te hace sentir intranquilo e incompleto.
Pero lo más importante, explícales que no se están perdiendo de nada, que fumar nunca les va a dar un beneficio real, que no te da placer, que no te ayuda a manejar el estrés, que no te ayuda a la concentración. Que lo único que hace el cigarro es aliviar temporalmente la ansiedad por la nicotina provocada por el cigarro anterior.
Enséñales a ver el cigarro como lo que realmente es: “Una adicción a la nicotina”.